martes, 12 de marzo de 2013

0

'2001: A Space Odyssey' (1968) o 'Cómo no hacer una película sobre cocodrilos'









''Siempre he creído que la ambigüedad artística y veraz, si es lícito utilizar esta paradoja, es la forma de expresión más perfecta. A nadie le gusta que le expliquen las cosas (...) En '2001' el mensaje es el medio. Quise que la película fuera un experiencia intensamente subjetiva que alcanzara al espectador a un nivel interno de conciencia como lo hace la música.''
                                                                                                                                        -Stanley Kubrick-



La primera vez que vi '2001 Odisea en el espacio' me quedé dormido. La segunda también, antes incluso. Pero a la tercera fue la vencida. He decidido escribir sobre esta película porque, a día de hoy, es la más increíble experiencia cinematográfica que he audiovisualizado.

¿De qué va '2001: Space Odissey'? Alguien con sobredosis de THC alzaría los brazos y te diría que su tema central es 'LA VIDA'. Los críticos de cine te hablarán de Dios, de extraterrestres o del superhombre de Nietzsche. Ante tal panorama, mejor reformular la pregunta; ¿Qué vas a ver en 'Space Odissey'? Vas a ver monos, naves espaciales, un robot que juega al ajedrez, astronautas y colorines.



 Tu cara cuando termina la película

Permitidme enfundarme las gafas de pasta, pues hay que admitir que la larga duración de la cinta, la escasez de diálogos o el lentísimo ritmo de la película, sazonados con una última media hora de lo más perturbadora, pueden causar el sopor del público.

Kubrick argumentó que el punto fuerte de su anterior película, 'Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú', eran los diálogos, las formas de expresión y los eufemismos. Por el contrario, '2001' evita la verbalización intelectual y apela al subconsciente del espectador desde un punto de vista poético y filosófico, pues el director quería que cada espectador construyese de forma individual el significado de la obra.
Al ser una experiencia que se arraiga totalmente al subconsciente, lo experimentado con esta película es indefinible con palabras. Menos mal que esta última declaración es del propio Kubrick, lo que me permite ahorrarme una interpretación personal que realmente no tengo y que seguramente sería fruto de un exceso de teorización innecesario.


Lo mejor: La escena donde se descubre que Bruce Willis está muerto.

Lo peor: Que en el año 2001, en vez de naves espaciales capaces de viajar a través del espacio tiempo tuviéramos el 11-S y un disco de Enrique Iglesias. El libro. No hay cocodrilos.


                                                                               Escrito por Gilmoursito (Carlos Jesús Salado Moyano)

No hay comentarios:

Publicar un comentario