martes, 12 de marzo de 2013

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Cisne Negro


No sé si habréis visto la película de Aronofsky o si habréis leído críticas sobre ello, pero yo voy a hacer una crítica desde el punto de vista de la temática principal de la película, la danza.
Como bailarina que soy he de decir que estoy muy orgullosa de la película, ya que ha mostrado la danza, su lado “oscuro”, en todo su esplendor.
La sociedad en general tiene el concepto de la bailarina como una Sílfide, una chica anoréxica que sólo dedica a bailar.  Darren en la película critica esta concepción y añade así una versión más de las consecuencias que conlleva la obsesión con la danza: la esquizofrenia.
En la película, Nina (la protagonista) es una bailarina que trabaja en una gran compañía de prestigio en EEUU. Cuando asciende en la compañía a protagonista en el ballet El lago de los cisnes, se obsesiona tanto por tener que interpretar dos papeles (el cisne blanco y el cisne negro), que recrea un personaje ficticio (el supuesto cisne negro) que le persigue y la acecha. Ella lo justifica creyendo que es una bailarina nueva que le quiere quitar su papel protagonista, obsesionándose aún más.
Esta obsesión la perjudica no solo psicológica sino físicamente llevándole a la muerte, provocada por su recreado cisne negro.
La danza requiere una disciplina y un control del cuerpo y la mente muy elevado, ya que en todo momento se ha de ser consciente de la colocación de los músculos, de la presión que ejercen, de su elasticidad, de su resistencia… La estética de los movimientos, la plasticidad, velocidad…. Control en la expresión facial, la mirada, el enfoque al público… Se ha de estudiar el papel que se interpreta, los sentimientos que motivan a ese personaje, intereses, actitudes… Y a todo esto hay que sumarle que mientras se tiene ese control, se ha de estar moviendo y realizando ejercicios que contienen gran dificultad. El dolor añadido de las bailarinas al llevar las zapatillas de puntas se ha de disimular y la presión de la opinión del público y del resultado de la actuación tampoco tiene que estar presentes en la expresión del artista.
Todo esto requiere una perfección absoluta en la disciplina, que la gran mayoría de las  veces lleva a la obsesión, y en otros casos, como vemos en la película, a la obsesión llevada a otro nivel.
La actuación de Natalie Portman me parece alucinante y su preparación física y psicológica es merecedora de todos los éxitos, ya que lleva a cabo en sus escenas rodadas bailando todas las pautas mencionadas anteriormente.



Thaïs Tejeda del Río - GG B - GR 5

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